miércoles, 21 de agosto de 2013

Capítulo 2 ~ Feliz Cumpleaños [Devian]

[Narra Devian]
No sé porqué, pero me levanto de golpe en la cama. Me duele la cabeza al levantarme tan deprisa. Gruño un poco al levantarme. La brisa marina se cuela un poco por la rendija de mi ventana. Andando despacito voy hacia ella, y la abro de golpe. El olor a mar, y a algas, me pega de lleno.
Cierro los ojos y aspiro el aire.
Qué bien me siento.
Me inclino sobre la ventana, y veo a mi padre y a mi madre cogidos de la mano saliendo de la casa. Sonrío sin proponérmelo.
La vida en el Distrito 4 no es perfecta. Nos obligan a trabajar mucho, pero cuando cumplimos nuestros pedidos, nos quedamos libres hasta el siguiente. El Capitolio, mejor que nadie, sabe que no debemos abusar de nuestros medios naturales, como los peces. Somos el área con más agua y más abundancia en todo Panem, Por lo que si se acaba aquí el pescado, el Distrito 4 mal lo lleva para seguir bien.
La mañana es preciosa. Es relativamente temprano. Cuando veo las luces en la casa de enfrente, me acuerdo enseguida. 
Mike.
Me giro hacia el armario rápidamente y busco algo en él. Algo decente. Al final opto por un vestido de mi madre azul marino con una especie de lo que parece ser unas manoletinas de terciopelo azul. Me calzo en ellas y voy hacia mi puerta. Bajo las escaleras rápidamente y voy a la cocina. Como era de esperar, ahí está el pescado en la encimera. Lo cojo y veo que aún sigue caliente. Cómo me conocen mis padres; sabían que iba a levantarme poco después de que ambos se fueran. . .
- Qué curioso, ¿Pescado? Raro rarísimo - Me río conmigo misma - En fin. A comer.
 Cojo unos cubiertos y enseguida empiezo a comer. El estómago me gruñe enseguida al oler la fragancia del pescado. ¿Qué es? ¿Salmón? Hm. Me encanta.
- ¿Devie?
Clavo mi tenedor en el salmón. Dios, está riquísimo.
- Devie, sé que estás ahí.
Gruño fuertemente.
- Espérate, Michael - Me muerdo el labio para no echarme a reír - Estoy comiendo.
Él vuelve a llamar a la puerta. Me muerdo el labio con más fuerza aún.
- ¡DEVIE! 
Es entonces cuando me echo a reír.
- ¡Vale, vale! - Aun con una sonrisa, me levanto - Pídelo porfavor.
Él hace un gruñido de angustia.
- Eres lo peor - Me dice riendo.
Eso hace que mis risas aumenten aún más.
-  Venga, va. Te abro.
Al abrir, no está.
- ¿Mike?
No responde. Miro a mi alrededor.
Me fijo en el agua. Desde mi ventana, se veía calmada. Sin embargo, debajo de mi casa, el agua esta brava. Se mueve mucho, quizá demasiado. Sé lo que pasa: Sonrío.
De repente noto unos brazos mojados a mi alrededor.
Chillo más que nada de risa. Y noto entonces el torso desnudo de Mike.
- Michael - Le reprendo.
Me sigue abrazando. Y es así como me libro de sus brazos rápidamente.
- Esto. . . ¡Felicidades! - Digo para librar la tensión - Felicidades, Mike.
Le abracé con cuidado, aunque terminé empapándome.
- Tonto. Me has mojado.
- Bah; te aguantas.
Le saco la lengua, y a continuación, me libro de su abrazo. Sonrío más que nunca mientras busco a ciegas mi regalo. Encuentro el tenedor. Se lo meto en la boca.
- Felicidades.
Mike mastica.
- ¿Salmón?
Me río.
- Qué paladar tienes.
Mastica un poco más.
- Espera, es broma. Tengo el regalo en mi habitación.
Subo corriendo las escaleras. Oigo a Michael siguiéndome. No me importa, puesto que Michael siempre ha entrado en mi habitación y nunca hemos hecho cosas raras. Los dos siempre hemos sido amigos, y a pesar de que Mike es guapo, nunca ha habido nada romántico entre ambos. Siempre ha sido mi mejor amigo. Y creo que único. No me suelo relacionar con mucha gente.
- Toma.
Le tiendo la cajita.
- Ábrelo ya.
Coge la caja y la abre con suavidad. Le quita el lazo que tanto trabajo me costó hacer fácilmente.
- ¿Esto es una perla?
Sonrío.
- Me costo mucho llegar hasta ella. Sólo se encuentran ostras con perlas en las profundidades. Espero que. . .
No me da tiempo a terminar. Mike ya me abraza contra sí.
- Gracias Devie.
Le correspondo el abrazo.
- De nada.
Pero entonces, nuestro abrazo se ve interrumpido cuando se oye una voz retumbando en el cielo.
- Se reclaman a todos los habitantes de los Distritos en la Plaza Principal de cada lugar. Repito: Se reclaman a todos los habitantes de los Distritos en la Plaza Principal de cada lugar.
Noto un nudo en la garganta que me indica que algo malo va a pasar. Y yo pocas veces me equivoco.

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